29 de marzo de 2014

Amor Sagrado y Amor Profano


Tiziano Vecellio


Comentario
(por Isabella Rivers)

28 de marzo de 2014

Proverbios y cantares (XXIX / XLIV)

Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.


Todo pasa y todo queda, 
pero lo nuestro es pasar, 
pasar haciendo caminos, 
caminos sobre la mar.

Antonio Machado

27 de marzo de 2014

Genevieve


Genevieve wakes up to the cold that she created
There's a winter in her mind, though outside the snow has faded
And the sun is bright
But she's bundled up tight

Hands deep in her pockets, she walks, she doesn't talk much
To the people that she passes, they wave, but she just looks away
And so it goes everyday

Genevieve, are you lonely?
Cornered in your walls of stone
Genevieve, are you lonely?
You don't have to go alone
Genevieve, no you don't

Genevieve feels different, she swears no one would understand
The world the way she sees it: a frosty, bitter no-man's-land
No one to hold her hand

But when someone approaches the ice queen with her mittens
Well, she thinks of all the times someone left her heart frost-bitten
So she shakes off the warmth
And gives in to the storm 


Genevieve, are you lonely?
Cornered in your walls of stone
Genevieve, are you lonely?
You don't have to go alone
Genevieve, no you don't 


If you take my hand, we can rewrite your song
Or just melt it in the water before it could be sung
But you're looking out for reasons why you can't trust anyone
Genevieve, won't you please open up and feel the sun?


Kina Grannis

25 de marzo de 2014

24 de marzo de 2014

A finales de noviembre

Las mismas preguntas
y algunos retazos
de aquella guerra
perdida.
A finales de noviembre
todo vuelve a su lugar,
y yo sigo cansado
de deponer las armas,
de banderas blancas,
de rendirme a ti,
sin condiciones.


23 de marzo de 2014

Valiente


Cuando te echo de menos
no basta con nombrarte.
Cuando te echo de menos
desfile de puñales.
Se agarran a mi tripa
y no me salva nadie.

El resto de los días
procuro imaginarte.
Sentir que estás conmigo
tal como estabas antes.
Pintando de colores
mi pelo por las tardes.


Sabiendo que no saldrás de mi.

Y no puedo decir que todo ha pasado
si un día fui capaz de echarte de mi lado.
Tú me enseñaste a ser valiente.
¿Por qué maldita suerte
yo me alejé de ti?

No se donde mirar
no se donde agarrarme.
Hay lágrimas que corren
a veces más que el aire.
Noviembre como entonces
como hasta ahora y antes.

Sabiendo que 
ya no saldrás de mí.

Y no puedo decir que todo ha pasado
si un día fui capaz de echarte de mi lado.
Tú me enseñaste a ser valiente.
¿Por que maldita suerte yo me aleje de ti?
¿Por qué maldita suerte me alejé de ti?


Valiente...


Rebeca Jiménez

22 de marzo de 2014

Los Horrores de la Guerra


Peter Paul Rubens


20 de marzo de 2014

El Anticristo



Friedrich Nietzsche

18 de marzo de 2014

Adiós, carnaval


Me entregué a tus pies
a tu cabeza también
me arrastre todo un verano, persiguiéndote.
Hice de chico malo, de perrito fiel
de gato sobre el tejado
me dijiste “no way”.

Me costó poco aprender que bajo se puede caer
y cuando acabo la lección no quedaba nada,
nada a salvo a mí alrededor.

Adiós carnaval,
me tapas los ojos con tu pañuelo rojo y te vas
disfrazada de alegría hasta el infierno me iría
detrás tuyo una y mil veces más.

Adiós carnaval
el instinto me hace señas pero se que ya no hay vuelta atrás
uno sabe lo que hace cuando empieza este viaje
detrás de tuyo una y mil veces más.

Me entregué a tus pies
me prendí fuego otra vez
y cuando me mandaste al frente
yo entendí todo al revés.
Hice de chico malo, de poeta cruel
sacado y trastornado
me dijiste “no way”.

Me costó poco aprender que bajo se puede caer
y cuando acabo la lección no quedaba nada,
nada a salvo a mí alrededor.

Adiós carnaval,
me tapas los ojos con tu pañuelo rojo y te vas
disfrazada de alegría hasta el infierno me iría
detrás tuyo una y mil veces más.

Adiós carnaval
el instinto me hace señas pero se que ya no hay vuelta atrás
uno sabe lo que hace cuando empieza este viaje
detrás de tuyo una y mil veces más.


Ariel Rot

13 de marzo de 2014

12 de marzo de 2014

Transoceánico

Y el mar, el dulce mar tan trágico, 
a su propia distancia sometido, 
sabrá dejar escrito 
que el viaje nunca fue nuestro tesoro.

Luis García Montero 


Tengo dos relojes en una de las paredes de mi casa. Uno marca esta hora, exacta; el otro, seis horas menos.

Mientras me preparo la comida te imagino desperezándote, sepultada bajo kilos de mantas polares, de esas de pelo tan suave como tu piel. Como, y jugando con los cubiertos te veo refrescarte en el baño, lavarte los dientes y vestirte con cinco capas de ropa, abrir las cortinas y contemplar una blancura espesa y limpia. Yo recojo los platos, y fregándolos te diviso desde lejos retirando la nieve de la entrada, empuñando la pala con decisión y gracilidad, resbalándote graciosamente sobre el suelo helado. Tú actúas todo el rato con normalidad, no te sientes observada, pero yo no puedo parar de pensarte.
Paso la tarde en el trabajo viendo tu película diaria: te presiento saliendo de casa y dirigiéndote al barrio latino, escucho tu voz farfullar unas palabras en italiano con acento canadiense, te veo mezclarte en la diversidad de la gente encajando en medio de todos como una pieza esencial, llegar a tu oficina, desprenderte de cuatro capas y quedar perfecta. Mis horas de rutina pasan lentas y letales, mis horas de soñarte son los paraguas de los días de lluvia.
Después vuelvo al piso cabizbajo, renqueando entre la multitud anónima sin pedir disculpas cuando choco contra alguien, porque en verdad no veo por donde voy, mis pies pisan otro continente, mi cuerpo está volando tras mi mente.
Enciendo la tele porque el silencio me vuelve aún más loco, repito el proceso del mediodía pero esta vez son las luces de la tarde las que juegan a crear sombras en tu rostro, cada día más borroso. Sentado en el sofá, miro el televisor sin verlo, y por el rabillo del ojo me llegan las pulsaciones de los relojes, indicándome que acabaste la jornada, que conduces entre la nieve volviendo a casa, que tal vez estés abriendo el buzón en este momento y recogiendo otra carta con un sello de muy lejos. Con este dolor desgarrado y moribundo, te imagino arrojándola a algún cajón sin fondo, convertido en tu caja de Pandora, donde hará compañía a cientos de otras anteriores, firmadas por un remitente cansado que se muere de esperar.
Sin que tú lo sepas, monto guardia desde este lado del planeta, me paso mi noche en vela fantaseando con cómo estarás tú, si habrás quedado para salir, si verás una película, si habrá alguien que te prepare la cena y te caliente la cama, si me echarás de menos, si pensarás en mí. Sin que tú lo sepas yo estoy contigo, y en mi vigilia te extraño como un preso añora la libertad, y sujeto los barrotes de este lugar como si fueran las agujas del reloj a las que quiero dar marcha atrás, para tratar de coincidir en espacio y tiempo contigo, para dejar de soñar con barcos que cruzan el océano.
Acaba la noche y amanece otro día sin luz, pero en tu reloj brillan aún muy altas las estrellas. Tu respiración durmiente me acompaña a la calle, susurro en voz baja tu nombre pero el hechizo jamás hace efecto; el metro se lleva la sombra que queda de mí.
Y todo vuelve a empezar.

Tengo dos relojes en una de las paredes de mi casa, y un tercero debajo de la almohada que cuenta las horas incontables que llevo malviviendo sin ti.

Patricia

11 de marzo de 2014

Antes de que salga el sol


Para que voy a esperar
si te puedo llamar
antes de que salga el sol
en la mañana de hoy

Por la calle principal
hay letreros junto a un bar
que me marcan
que has de decidir por ti

Y sé que algo hice mal
sé que algo no iba bien
quiero volver junto a ti
si tú me puedes perdonar

Y ahora va saliendo el sol
amanece sin parar
gente y periódicos
trabajando por necesidad

Y sé que algo hice mal
sé que algo no iba bien
quiero volver junto a ti
si tú me puedes perdonar

Para que voy a esperar...

Javi Serrano

8 de marzo de 2014

Bailarinas en el vestidor


Zinaida Serebriakova

7 de marzo de 2014

Las nieves del Kilimanjaro

El Kilimanjaro es una montaña cubierta de nieve, de 19.710 pies de altura, y dicen que es la más alta de África. Su nombre es, en massai, "Ngàje Ngài", "la Casa de Dios".
  
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Pensó ahora en aquella ocasión en que se encontró solo en Constantinopla, después de haber reñido en París antes de irse. Pasaba todo el tiempo con prostitutas y cuando se dio cuenta de que no podía matar su soledad, sino que cada vez era peor, le escribió a la primera, a la que abandonó. En la carta le decía que nunca había podido acostumbrarse a estar solo... Le contó cómo, cuando una vez le pareció verla salir del Regence, la siguió ansiosamente, y que siempre hacía lo mismo al ver a cualquier mujer parecida por el Bulevar, temiendo que no fuese ella, temiendo perder esa esperanza.

Ernest Hemingway

6 de marzo de 2014

Versos y madera


Se ensañó la vida,
desgarró la herida,
la adicción a perder.

Ojos de muñeca,
una bala hueca,
un adiós, un ¿por qué?

Me acostumbré a las noches en vela
llorando lágrimas de acuarela
y puse a arder versos y madera,
perdí las ganas y las maneras,
se me cortaron los labios por la pena.

Fui tu amor prohibido,
le encargué a mi olvido
olvidarse de ti.

Piernas de sirena,
media luna llena
que dejó cicatriz.

Me acostumbré a las noches en vela
llorando lágrimas de acuarela
y puse a arder versos y madera,
perdí las ganas y las maneras,
se me cortaron los labios por la pena.

Verás arder versos y madera
cuando te juzguen y no te quieran,
cuando se agrieten tus labios por la pena.

Dani Flaco

4 de marzo de 2014

La tempestad


Giorgione


3 de marzo de 2014

Al caer la última hoja

Una vida adelantada
y de nuevo tus ojos
atropellándome,
otra vez,
como aquel autobús vacío
que nos separaba
cada noche,
como mi cruz,
como tu herida,
como los rosales
del jardín
que nunca viste
en aquella
última
cita.


2 de marzo de 2014

Falling Slowly


I don't know you, but I want you
All the more for that
Words fall through me and always fool me
And I can't react

And games that never amount
To more than they're meant
Will play themselves out

Take this sinking boat and point it home
We've still got time
Raise your hopeful voice you have a choice
You've made it now

Falling slowly, eyes that know me
And I can't go back
The moods that take me and erase me
And I'm painted black

Well, you have suffered enough
And warred with yourself
It's time that you won

Take this sinking boat and point it home
We've still got time
Raise your hopeful voice, you have a choice
You've made it now

Falling slowly sing your melody
I'll sing it now


Glen Hansard & Marketa Irglova