6 de octubre de 2012

Aquí hay una canción


Ni el sabor del amor desahuciado
ni una gota de lluvia descalzos.
Quedó el cartero buscando
mis cartas nunca te llegaron.

Una armónica desafinada
un corazón que no entiende de barcos
que aunque vaya siempre acelerado
nunca pasa de largo.

Tú me encantas, y me encantas tanto
que yo canto y si no te encanto
aquí hay una canción,
hay canciones que nos llevan al amor.

A complejos viejos, cajas de madera;
al sentimiento eterno, toda la belleza.
Yo te puedo dar lo que tú quieras
pero abre tus manos que las vea.

Yo no quiero realidad, no es una buena idea;
yo me quedo aquí, tocando en mi azotea;
puedes subir si lo deseas
pero abre tus manos que las vea.

Tú me encantas, y me encantas tanto
que yo canto y si no te encanto
aquí hay una canción,
hay canciones que nos llevan al amor.

En tus manos puse el poder aliviado
y aun confío en que sabrás
que en la cama no hay lugar para el sensato
ni hay oscuridad.

Aunque quieras apagar la luz
yo tengo soles en los dedos
yo tengo una memoria visual
que debería darte miedo.

Yo ya he visto tu cuerpo en fiestas
y tú aun no abriste mi puerta.
Intenté encontrar la manera
de nadar sin perder la maleta.


Yo dispuesto a saltar al precipicio
y tú midiendo la altura al vacío.

Yo creí encontrar tu presencia
temblando en la noche descalzos.
Quizá cuando pase tu vida veas
que tuviste el amor en las manos.

Pregunté la verdad a la música
y me dio todo un universo.
¿Quién diría que no tuve nunca
el poder de escribir tu silencio?

Tú me encantas, y me encantas tanto
que yo canto y si no te encanto
aquí hay una canción,
hay canciones que nos llevan al amor.


Fran Fernández