28 de noviembre de 2012

La calumnia de Apeles



Sandro Botticelli


25 de noviembre de 2012

Llanto de las virtudes y coplas por la muerte de don Guido

Al fin, una pulmonía
mató a don Guido, y están
las campanas todo el día
doblando por él: ¡din-dán!

Murió don Guido, un señor
de mozo muy jaranero,
muy galán y algo torero;
de viejo, gran rezador.

Dicen que tuvo un serrallo
este señor de Sevilla;
que era diestro
en manejar el caballo,
y un maestro
en refrescar manzanilla.

Cuando mermó su riqueza,
era su monomanía
pensar que pensar debía
en asentar la cabeza.

Y asentóla
de una manera española,
que fue casarse con una
doncella de gran fortuna;
y repintar sus blasones,
hablar de las tradiciones
de su casa,
a escándalos y amoríos
poner tasa,
sordina a sus desvaríos.

Gran pagano,
se hizo hermano
de una santa cofradía;
el Jueves Santo salía,
llevando un cirio en la mano
-¡aquel trueno!-,
vestido de nazareno.

Hoy nos dice la campana
que han de llevarse mañana
al buen don Guido, muy serio,
camino del cementerio.

Buen don Guido, ya eres ido
y para siempre jamás...
Alguien dirá: ¿Qué dejaste?
Yo pregunto: ¿Qué llevaste
al mundo donde hoy estás?

¿Tu amor a los alamares
y a las sedas y a los oros,
y a la sangre de los toros
y al humo de los altares?

Buen don Guido y equipaje,
¡buen viaje!...

El acá
y el allá,
caballero,
se ve en tu rostro marchito,
lo infinito:
cero, cero.

¡Oh las enjutas mejillas,
amarillas,
y los párpados de cera,
y la fina calavera
en la almohada del lecho!

¡Oh fin de una aristocracia!
La barba canosa y lacia
sobre el pecho;
metido en tosco sayal,
las yertas manos en cruz,
¡tan formal!
el caballero andaluz.

Antonio Machado

24 de noviembre de 2012

Reloj de plata


Mi corazón como un avión en llamas,
una explosión
violeta en la ventana,
breve fulgor
que fue tu amor en rama para los dos.

Desde un rincón
clavando la mirada,
nada feroz,
en un reloj de plata.
Todo cambió en un minuto extraño
para los dos.

Antes de que caiga mi avión
desengánchame.
Antes de perder el control
desenrédame.
Será sólo un momento
en un reloj de plata.

Mi corazón,
habitación pintada,
una canción que brilla en la mañana,
doble ración de carretera y manta
para los dos.

Quique González

21 de noviembre de 2012

20 de noviembre de 2012

Pájaro azul

Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo: "Quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea".

Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que está

ahí dentro.

Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo:

"Quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿Es que quieres joder
mis obras?
¿Es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?".

Hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
Le digo: "Ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste".

Luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo,
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto,
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?


Charles Bukowski

18 de noviembre de 2012

Amapola


Noche destetada, niña despintada de azules,
yo no sé si tuve úteros de paredes blancas.
Virgen desahuciada llora por caminos de barro,
me baila tu paso y que lleves ropa mojada.
Tengo la coartada para encarcelar toda duda,
que nunca haya mucha carne para darle pomada.

Tengo los bolsillos tan llenos de cigarrillos
que no me cabe la necesidad.
Tengo la cabeza con tantos grillos
que cuando quiera puedo echar a volar.

¿Y de dónde salen siempre tantos corazones rotos?
Si en lugar de tanta muchedumbre somos una flor.
Que la luna está cansada de ser el amor de todos.
El que quiera carne que se queme y que regale un sol.

Tengo un lecho de amapolas
que es como estar desnudo en el mar.
Y un universo de olas
que garantizan que mi corazón 
no pase más una noche a solas.
Tengo un cielo de las sobras
de despertar desnudo en el mar.
Y el corazón sigue en obras
con los pilares en reconstrucción 
cada vez que tú los mojas.

La lluvia dorada que es para tu cara las nubes,
que nunca se nuble el brillo de tu mirada.
Ya tengo saciada para algunos días la lumbre
si puedo acostarme sobre la miel de tu espalda.

Tengo los bolsillos tan llenos de cigarrillos
que no me cabe tu necesidad.
Tengo la cabeza con tantos nidos
que cuando quiera puedo echar a volar.


Carlos Chaouen

17 de noviembre de 2012

Doña Isabel de Porcel


Francisco de Goya

15 de noviembre de 2012

Soneto VII

No pierda más quien ha tanto perdido;
bástete, Amor, lo que ha por mí pasado;
válgame agora haber jamás probado
a defenderme de lo que has querido.

Tu templo y sus paredes he vestido
de mis mojadas ropas, y adornado,
como acontece a quien ha ya escapado
libre de la tormenta en que se vido.

Yo había jurado nunca más meterme,
a poder mío y a mi consentimiento,
en otro tal peligro, como vano.

Mas del que viene no podré valerme;
y en esto no voy contra el juramento;
que ni es como los otros ni en mi mano.

Garcilaso de la Vega

12 de noviembre de 2012

A la orilla de la chimenea


Puedo ponerme cursi y decir
que tus labios me saben igual que los labios
que beso en mis sueños,
puedo ponerme triste y decir
que me basta con ser tu enemigo, tu todo,
tu esclavo, tu fiebre, tu dueño.

Y si quieres también
puedo ser tu estación y tu tren,
tu mal y tu bien,
tu pan y tu vino,
tu pecado, tu Dios, tu asesino…

O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.

Puedo ponerme humilde y decir
que no soy el mejor
que me falta valor para atarte a mi cama,
puedo ponerme digno y decir:
“Toma mi dirección, cuando te hartes de amores
baratos de un rato me llamas”.

Y si quieres también
puedo ser tu trapecio y tu red,
tu adiós y tu “ven”,
tu manta y tu frío,
tu resaca, tu lunes, tu hastío…

O tal vez ese viento
que te arranca del aburrimiento
y te deja abrazada a una duda
en mitad de la calle y desnuda.

Y si quieres también
puedo ser tu abogado y tu juez,
tu miedo y tu fe,
tu noche y tu día,
tu rencor, tu ¿por qué?, tu agonía…

O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar...


Joaquín Sabina

10 de noviembre de 2012

Prados cerca de Greifswald


David Friedrich

8 de noviembre de 2012

Soneto 61

Ir y quedarse, y con quedar partirse,
partir sin alma, e ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;

arder como la vela y consumirse
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;

hablar entre las mudas soledades,
pedir prestada, sobre fe, paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;

creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma y en la vida infierno.

Lope de Vega

5 de noviembre de 2012

Recuerdo


Me levanto temprano, moribundo.
Perezoso resucito, bienvenido al mundo.
Con noticias asesinas me tomo el desayuno.

Camino del trabajo, en el metro,
aburrido vigilo las caras de los viajeros,
compañeros en la rutina y en los bostezos.

Y en el asiento de enfrente,
un rostro de repente,
claro ilumina el vagón.

Esos gestos traen recuerdos
de otros paisajes, otros tiempos,
en los que una suerte mejor me conoció.

No me atrevo a decir nada, no estoy seguro,
aunque esos ojos, sin duda, son los suyos,
más cargados de nostalgia, quizás más oscuros.

Pero creo que eres tú y estás casi igual,
tan hermosa como entonces, quizás más.
Sigues pareciendo la chica más triste de la ciudad.

Cuánto tiempo ha pasado desde los primeros errores,
del interrogante en tu mirada.
La ciudad gritaba y maldecía nuestros nombres,
jóvenes promesas, no, no teníamos nada.

Dejando en los portales los ecos de tus susurros,
buscando cualquier rincón sin luz.
"Agárrate de mi mano, que tengo miedo del futuro",
y detrás de cada huida estabas tú, estabas tú.

En las noches vacías en que regreso
solo y malherido, todavía me arrepiento
de haberte arrojado tan lejos de mi cuerpo.

Y ahora que te encuentro, veo que aún arde
la llama que encendiste. Nunca, nunca es tarde
para nacer de nuevo, para amarte.

Debo decirte algo antes de que te bajes
de este sucio vagón y quede muerto,
mirarte a los ojos, y tal vez recordarte,
que antes de rendirnos fuimos eternos.

Me levanto decidido y me acerco a ti,
y algo en mi pecho se tensa, se rompe.
"¿Cómo estás? Cuánto tiempo, ¿te acuerdas de mí?"
Y una sonrisa tímida responde:

"Perdone, pero creo que se ha equivocado".
"Disculpe, señorita, me recuerda tanto
a una mujer que conocí hace ya algunos años".

Más viejo y más cansado vuelvo a mi asiento,
aburrido vigilo las caras de los viajeros,
compañeros en la rutina y en los bostezos.

Ismael Serrano

4 de noviembre de 2012

El Imperio de Flora


Giovanni Battista Tiepolo

2 de noviembre de 2012

Rima VII

Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueño tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
veíase el arpa.

¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!

¡Ay! -pensé-. ¡Cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz, como Lázaro, espera
que le diga: “Levántate y anda”!

Gustavo Adolfo Bécquer

1 de noviembre de 2012

Jesus, Etc.


Jesus, don’t cry
You can rely on me honey
You can combine anything you want

I’ll be around
You were right about the stars
Each one is a setting sun

Tall buildings shake
Voices escape singing sad sad songs
Tuned to chords strung down your cheeks
Bitter melodies turning your orbit around

Don’t cry
You can rely on me honey
You can come by any time you want

I’ll be around
You were right about the stars
Each one is a setting sun

Tall buildings shake
Voices escape singing sad sad songs
Tuned to chords strung down your cheeks
Bitter melodies turning your orbit around

Voices whine
Skyscrapers are scraping together
Your voice is smoking
Last cigarettes are all you can get
Turning your orbit around

Our love
Our love
Our love is all we have

Our love
Our love is all of God’s money
Everyone is a burning sun

Tall buildings shake
Voices escape singing sad sad songs
Tuned to chords strung down your cheeks
Bitter melodies turning your orbit around

Voices whine
Skyscrapers are scraping together
Your voice is smoking
Last cigarettes are all you can get
Turning your orbit around

Last cigarettes are all you can get
Turning your orbit around
Last cigarettes are all you can get
Turning your orbit around

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