30 de diciembre de 2012

La muerte de Sócrates


Jacques-Louis David

28 de diciembre de 2012

El retrato de Dorian Gray

Existe una voluptuosidad en hacerse reproches. Cuando nos censuramos, sentimos que ningún otro tiene derecho a hacerlo. Es la confesión, y no el sacerdote, quien nos da la absolución.

Cuando Dorian terminó su carta sintióse perdonado.


Oscar Wilde

26 de diciembre de 2012

Volver a ser un niño


Con la inocencia más graciosa
que apaga el tono de la rosa.
Con ese brillo que te vuelve un niño,
llegaste como si tal cosa.

Después de andar a la deriva
por mares turbios de bebida,
como un chiquillo falto de cariño,
de pronto es todo tan sencillo, sencillo.

Volver a ser un niño, volver a ser un niño,
volver a ser un niño, volver a ser un niño.

Después del tiempo que he perdido
en aventuras sin sentido,
me siento sólo y a la vez perdido,
sólo porque me has sonreído, y pido...

Volver a ser un niño, volver a ser un niño,
volver a ser un niño, volver a ser un niño.

Con la inocencia tan graciosa
que cambia el nombre de las cosas.
Con ese brillo que te quita el frío
cuándo las noches son lluviosas.

Volver a ser un niño, volver a ser un niño,
volver a ser un niño, volver a ser un niño.

Los Secretos

23 de diciembre de 2012

Retablo mayor de la Iglesia del Colegio de doña María de Aragón


             La Anunciación               El Bautismo de Cristo

 

La Crucifixión              La Resurrección de Cristo           Pentecostés

El Greco

22 de diciembre de 2012

Llegó con tres heridas

Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.

Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.

Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.

Miguel Hernández

21 de diciembre de 2012

La cajita de música


El poeta acaricia cicatrices
con un tacto de puta de lujo
las camareras sueñan con llenar los cines
los chicos de tu barrio con poner un turbo.

Yo sueño con la chica de los ojos tristes
mientras escucho cantar a los gitanos
no importa si hice todo lo que fue posible
estoy calado.

Al fin, al seguir sus pasos
le abrió su cajita de música
con un disparo seco
como un jugador desesperado
estoy calado.


Quique González

20 de diciembre de 2012

La negación de San Pedro


Caravaggio

19 de diciembre de 2012

Rima XXIII

Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... ¡yo no sé
qué te diera por un beso!

Gustavo Adolfo Bécquer

18 de diciembre de 2012

Sueños sencillos


Un hombre cansado que sube de un bar, ese soy yo,
cartel de CERRADO en el paraíso,
el corazón me pide una tregua,
la luz de reserva se encendió,
tu cuerpo es la fiesta a la que nadie me invitó.

Hoy me he preguntado lo que me diría el edredón,
¿qué FUE de esa chica? Se apellidaba decepción...
Y yo me pregunto: ¿cómo se baja el telón
en una historia que ni siquiera comenzó?

Siempre tengo sueños sencillos con mujeres complicadas,
veo el amor con la visión deteriorada,
del que lo tuvo todo y luego lo perdió.
Soy experto en echar leña sobre hogueras apagadas,
no sé aceptar que hay ciertas COSAS que se acaban.

Quinientas preguntas flotando por la habitación,
quinientas versiones sobre una misma discusión,
quinientos escotes que no me alivian el dolor,
quinientas RESPUESTAS necesitaba y tuve dos.

Quinientas las veces en que no supe decir "no",
quinientas las noches MALHUMORADO en el salón,
quinientos reproches forman la guerra entre tú y yo,
quinientas te dije que me mintieras por favor

Siempre tengo sueños sencillos con mujeres complicadas,
veo el amor con la visión deteriorada,
del que lo tuvo todo y luego lo perdió.
Soy experto en echar leña sobre hogueras apagadas,
no sé aceptar que hay ciertas COSAS que se acaban,
que se acaban.

Marwan

17 de diciembre de 2012

Niña con espigas


Pierre-Auguste Renoir

16 de diciembre de 2012

La poesía

La poesía de una madre que grita en un balcón
llamando a sus hijos a la cena. 
La poesía de una radio que suena al otro lado
de una ventana apenas entreabierta. 
La poesía de un mendigo inclinado ante una gorra
en las baldosas, en espera de limosna.
La poesía de un charco agostado entre piedras.
La poesía de una mujer que se levanta de la cama
buscando a tientas el sujetador en la penumbra.
La poesía de un perro que se estira
bostezando en una alfombra.
La poesía de un televisor con el volumen silenciado
mientras suena música y los cuerpos se enajenan.
La poesía de una calle a media tarde
en cuyo extremo hay un boquete de luz que se proyecta
sobre el mar, atravesado por los tumbos de un borracho.
La poesía de una voz en el teléfono.
La poesía de un autobús que remonta la avenida
lleno de gente ensimismada.
La poesía de un viejo vagabundo desdentado
apurando un cartón de vino en la escalinata de una iglesia.
La poesía de una mancha de aceite en una acera.
La poesía de un hombre gordo que se agacha
para atarse los zapatos al fondo de la barra
resoplando alrededor de una colilla.
La poesía de una anciana que se arregla el maquillaje
en un espejo.
La poesía de unas manos que casi no son mías
tanteando (¿tonteando?) en el teclado...

Toda esta poesía que nunca cabe en un poema.

Roger Wolfe 

15 de diciembre de 2012

Juego sucio


Déjame el juego sucio,
déjame lo peor,
déjalo, no es lo tuyo,
déjalo, se acabó.

Déjame medio desnudo,
arguméntame tu dolor,
pongo al vaso solo lo justo
para volverte loca de amor.

Y no estoy por la labor de darte cancha,
no me he convertido en tu admirador,
y no estoy por la labor de ver mi cara
entre todos tus trofeos del salón.

He pasado de puntillas por tu cama,
he atacado en falso a tu corazón,
he tenido que venderte hoy mi alma
para hacerme un hueco en tu habitación.

Vuelve a dejarme hoy medio desnudo
y termina tu trabajo, por favor,
déjame, déjame el juego sucio,
déjalo, se acabo.

Y no estoy por la labor de darte cancha,
no me he convertido en tu admirador,
y no estoy por la labor de ver mi cara
entre todos tus trofeos del salón.

Los Madison
(con Miguel Ríos)

12 de diciembre de 2012

Trigal con cuervos



Vincent van Gogh


11 de diciembre de 2012

Canción de otoño

Germán llega a su taller de zapatería siempre a las nueve menos diez, prepara las herramientas y se sienta para ver llegar a su vecina de enfrente. Cualquier día saldré a saludarla de verdad, no con este gesto distante de cabeza. Cualquier día saldré, sí...

Agustina abre su tienda a las nueve en punto. Cada día el mismo ritual: mira brevemente al zapatero de enfrente, saluda educada con un gesto de la cabeza, busca las llaves en el bolso, abre la tienda y empieza a colocar en el escaparate los ovillos de lana de colores. Un día me atreveré, pasaré a saludarlo antes de abrir. Eso haré.

Germán trabaja contento. Mientras pone unas medias suelas o asegura un tacón, puede ver a su vecina con sólo levantarse de su banco de trabajo y mirar al otro lado de la calle. Le gusta la manera en que sonríe a sus clientes, su forma lenta de moverse, de coger los ovillos de la parte alta de la estantería; le parece que pone una gran ternura cuando le ofrece a las embarazadas lanas de colores pastel para ropita de recién nacido. Cualquier día iré a invitarla a un café, le caeré bien, nos enamoraremos.

Agustina acaricia las lanas a veces sin darse cuenta, mientras mira a hurtadillas, desde el escaparate, al zapatero concentrado en la reparación del calzado. Imagina sus manos precisas y duras. Un día iré al taller, nos enamoraremos. Cuando cerremos los negocios iremos juntos a casa cogidos del brazo, andando despacito y contándonos las anécdotas del día. Seremos felices.

A las ocho y media cierra Agustina. Lanza una mirada fugaz y como distraída a la zapatería y echa a andar por su lado de la calle, acera arriba.

Cuando ella desaparece al girar en la esquina, cierra Germán y echa a andar por su acera, calle abajo.

Soñó que las manos fuertes del zapatero acariciaban sus manos. Se despertó de golpe. Se levantó decidida a cruzar la calle y hacer la visita que deseaba hacer desde hacía años. Se vistió y peinó con especial esmero. Cuando llegó, temblorosa y sonriente, a la puerta de la zapatería, un cartel orlado en negro decía que el taller estaba cerrado por defunción. Cruzó a su tienda.
Lloró poniendo mucho cuidado en no manchar los ovillos de lana que colocaba en el escaparate: ese día tocaban colores tierra, por el otoño.

María S.

10 de diciembre de 2012

Inestable


Dejé todo a la mitad
nada en su sitio
las impresiones rotas.

Dejé arma sin cargar
ropa tendida
de par en par la puerta de salida.

Hay una vida tras tus ojos
que yo no he sabido interpretar.

Si alguna vez
me ha dado por faltarle a la verdad
que no es mentir es más superficial.

Era parte del juego
mejor dejar las cosas como están
mejor si no nos vemos.

Jorge Marazu

7 de diciembre de 2012

La Venus del espejo


Diego Velázquez


4 de diciembre de 2012

Dineros son calidad

Dineros son calidad,
¡verdad!
Más ama quien más suspira,
¡mentira!

Cruzados hacen cruzados,
escudos pintan escudos,
y tahúres, muy desnudos,
con dados ganan Condados;
ducados dejan Ducados,
y coronas Majestad:
¡verdad!

Pensar que uno solo es dueño
de puerta de muchas llaves,
y afirmar que penas graves
las paga un mirar risueño,
y entender que no son sueño
las promesas de Marfira:
¡mentira!

Todo se vende este día,
todo el dinero lo iguala:
la Corte vende su gala,
la guerra su valentía;
hasta la sabiduría
vende la Universidad:
¡verdad!

En Valencia muy preñada
y muy doncella en Madrid,
cebolla en Valladolid
y en Toledo mermelada,
Puerta de Elvira en Granada
y en Sevilla doña Elvira:
¡mentira!

No hay persona que hablar deje
al necesitado en plaza;
todo el mundo le es mordaza
aunque él por señas se queje;
que tiene cara de hereje,
y aun fe la necesidad:
¡verdad!

Siendo como un algodón,
nos jura que es como un hueso,
y quiere probarnos eso
con que es su cuello almidón,
goma su copete, y son
sus bigotes alquitira:
¡mentira!

Cualquiera que pleitos trata,
aunque sean sin razón,
deje el río Marañón,
y entre el río de la Plata,
que hallará corriente grata
y puerto de claridad:
¡verdad!

Siembra en una artesa berros
la madre, y sus hijas todas
son perras de muchas bodas
y bodas de muchos perros;
y sus yernos rompen hierros
en la toma de Algecira;
¡mentira!

Luis de Góngora

1 de diciembre de 2012

Será


¿Será mi corazón?

¿Será este viejo hotel?
Que no llamó
ni pa intentarlo otra vez.

¿Seré yo?, ¿será él?

Nos aplastó
el miedo a perder.

Será que se ha juntado todo,

que lo quiero a mi modo,
que empiezo a deber,
no lo sé...

Será que el invierno es muy largo,

que no hago pie en el barro,
que estoy sola otra vez.

¿Será el alcohol?

Que no duermo bien.
De noche los fantasmas
me vienen a ver.

Será que yo todo me lo jugué,

no se de donde tirar,
no se en lo que creer.

Será que siempre apunto alto,

que ser fiel es tan saldo,
que me sobreestimé,
no lo sé...

Será, serán los treintaytantos,

que me arden los labios
por besarte otra vez.

Será que se ha juntado todo,
que lo quiero a mi modo,
que empiezo a deber,
no lo sé...

Vicky Gastelo