24 de octubre de 2014

Cristo del Carrascalejo


Continuando por la carretera comarcal con dirección a Cehegín nos detendremos en la finca del Carrascalejo que se encuentra situada en un hermoso paraje de pinos de considerable altura que invita al viajero a hacer un alto en el camino y degustar los vinos del lugar. Rodeado de este magnífico paisaje natural emerge la imagen de un Cristo crucificado denominado Cristo del Carrascalejo, protector de los caminantes y al que se le realizan ofrendas y procesión todos los viernes de marzo, este Cristo es propiedad de la familia Pidal que posee una espléndida finca justo en frente de esta imagen, denominada Casa del Carrascalejo.


Patrimonio Histórico-Artístico del Noroeste Murciano (Materiales para una guía turística)
Antonino González Blanco (Editum, 1994)

El amor, supongo

He estado pensando en escribir
un poema de amor
dedicado a mi mujer
pero lo cierto es que no sé
por qué, pero me pongo
increíblemente triste y los poemas
de amor no se me han dado nunca
demasiado bien —o quizá es que nunca
lo haya intentado seriamente—;
supongo que el amor
debe de ser
como esos rarísimos instantes
de felicidad:
si por un momento
los tienes
yo diría
que no es conveniente
andar jodiendo el tiempo
con poemas.


Roger Wolfe

Vulnerable Soul


I thought I understood what was going on 
Everything's alright, and suddenly it's all wrong 
Somehow I feel like you don't even care 
But then you show up acting like it's all the same 
Tell me if this is love or if it's hate 
Cause I swear, I swear 

I wonder if you're in your bed 
and I'm the reason why you're still awake 
thinking of how we used to fall asleep 
you next to me 

Hello in the cheek, goodbye in the lips 
Maybe it's just me feeling something here
When everything is right you disappear 
When I try to move on you call my name again 
This crazy story will never make sense 
But I swear, I swear 

I wonder if you're in your bed 
and I'm the reason why you're still awake 
thinking of how we used to fall asleep 
you next to me 

And now we're so close I can touch your skin 
and I'm feeling how I fall asleep 
and I wouldn't mind if this night could last forever 
And now we're so close I can feel your breath 
and I never ever wanna leave 
and I wouldn't mind if this night could last forever 

I wonder if you're in your bed 
and I'm the reason why you're still awake 
thinking of how we used to fall asleep 
feeling how we fall asleep 
you next to me 
to me

Bely Basarte

20 de octubre de 2014

La Conversión de Recaredo


Antonio Muñoz Degrain

(por Arte e Iconografía)

El Ratón de la corte y el del campo

Un Ratón cortesano
convidó con un modo muy urbano
a un Ratón campesino.
Diole gordo tocino,
queso fresco de Holanda,
y una despensa llena de vianda
era su alojamiento,
pues no pudiera haber un aposento
tan magníficamente preparado,
aunque fuese en Ratópolis buscado
con el mayor esmero,
para alojar a Roepan primero.
Sus sentidos allí se recreaban;
las paredes y techos adornaban,
entre mil ratonescas golosinas,
salchichones, perniles y cecinas.
Saltaban de placer, ¡oh qué embeleso!,
de pernil en pernil, de queso en queso.
En esta situación tan lisonjera
llega la despensera.
Oyen el ruido, corren, se agazapan,
pierden el tino, mas al fin se escapan
atropelladamente
por cierto pasadizo abierto a diente.
"¡Esto tenemos! -dijo el campesino-
Reniego yo del queso, del tocino
y de quien busca gustos
entre los sobresaltos y los sustos."

Volvióse a su campaña en el instante
y estimó mucho más de allí adelante,
sin zozobra, temor ni pesadumbres,
su casita de tierra y sus legumbres.


Félix María de Samaniego

Martina


Martina no tiene intermedios,
conoce remedios para los destinos.
Golpea siempre dos veces
las puertas que encuentra por su camino.

Martina prolonga su huida,
no cree en las mentiras,
no guarda rencores
y dentro de sus corazones

hay hueco de sobra
para un rato más.

Martina te enseña sus guías,
Martina te envía postales sin sello.
Martina exporta su risa,
deja que la brisa se duerma en su pelo.

Martina es un aguacero
y bajo su abrazo no existen fisuras.
Vigila bien las figuras que acechan su paso
y juega a no ver.

Martina regala sonrisas,
se muestra de harina,
sabe que es de acero
y baja peldaños del cielo
y cogiendo tu mano
te invita a subir.

Martina es un espejismo,
Martina un abismo de lamentaciones.
Martina no tiene razones,
Martina es el sueño
que evitas tener.

Martina puede ser tu musa,
Martina es la excusa para las locuras
y al pasar quema las dunas
y deja al desierto descansar en paz.

Martina es como heroína,
Martina opina aunque no le pregunten.
Martina cumple deseos,
reinventa sus credos,
se esconde en su cumbre.

Martina no conoce dueño,
camina sin freno, sin ley, ni rutina.
Nacida en mi pensamiento,
Martina es la parte pequeña de mí.


Zahara

7 de octubre de 2014

Amanecer en Los Urrutias




Paz

Junto a la mesa de la esquina en
el café
está sentada
una pareja de mediana edad.
Han terminado de comer
y están bebiendo una cerveza
cada uno.
Son las 9 de la noche.
Ella está fumando un cigarrillo.
Luego él dice algo.
Ella asiente.
Luego habla ella.
Él sonríe, mueve la mano,
luego se quedan callados.
A través de las persianas
junto a la mesa
parpadea
una luz roja de neón.

No hay guerra.
No hay infierno.

Luego él levanta su botella
de cerveza.

Es verde,
se la lleva a los labios
le da un sorbo.

Es una Coronet.

Ella tiene el codo derecho
apoyado sobre la mesa
y en la mano
sostiene el cigarrillo
entre el pulgar y
el índice
y cuando ella le mira
fuera las calles
florecen
en la noche.

Suerte.

Hubo una vez
en que fuimos jóvenes
dentro de esta máquina
bebíamos
fumábamos
tecleábamos

fue un tiempo de
esplendor,
un milagro.

Aún lo es.

Sólo que ahora
en vez de
ir hacia el tiempo
es el tiempo
el que viene hacia nosotros
y hace que cada palabra
taladre
el papel


clara
rápida
contundente


alimentando
un espacio
que se cierra.


Charles Bukowski

Olas de plata


Las calaveras
siempre tienen hambre
de los buitres que
nos sobrevuelan.

Y en tus caderas
se quedó el enjambre
color añil
de la azotea.

Y la brisa se hace fuerte
en las pateras.

A veces Dios resucita
sin matiz de agua bendita
sino que se echa un anís

pa la fatiga
y luego cita de rodillas
al porvenir.

Por venir olas de plata
sirenas que empujen a este barco
y que vayan a por viento
velas y veletas
que yo no tengo más norte
que tus labios.

En las recetas
de los traficantes
la sangre a borbotones
cubre el cielo.

Y en la vereda
que da a tu hambre.
El huerto abastecido
al que me debo.

Y la risa se hace fuerte en tu escalera
a veces Dios nos vomita
su calvario y sus espinas
y se echa un poco de anís

pa la fatiga
y luego rompe las costillas
el porvenir.

Por venir olas de plata
sirenas que empujen a este barco
y que vayan a por viento
velas y veletas
que yo no tengo más norte
que tus labios.

Si naufrago en este sueño
en que me miras
es que tengo el pasaporte sólo
de salida.

Y si insisto en los mensajes
de la risa
es que no creo en el cuerpo ni en las
despedidas.

Carlos Chaouen

1 de octubre de 2014

La fábula de Aracne / Las hilanderas


Diego Velázquez


Ficha del Museo del Prado

La ciencia oculta de los viejos templarios

Recién terminadas de campanear las doce y media por el hermano sirviente que estaba dedicado a este menester, una voz rompió la monotonía de la espera y dijo:
-Caballero, debido a la oscuridad que aquí dentro reina y a la valla que nos separa, nosotros sabemos quién sois vos, pero vos no sabéis quiénes somos nosotros. Lo que aquí se diga, aquí quedará. ¿Estáis dispuesto para hablar con nosotros?
-Si, lo estoy -contestó don Godofredo.
-¿Contestaréis con certeza y sin mentira a nuestras preguntas?
-Sí. Lo haré.
-¿Hará falta que lo juréis?
-No.
-¿Dais, pues, vuestra palabra de caballero?
-Sí. La doy.
-¿Cómo os llamáis?
-Godofredo.
-¿Qué edad tenéis?
-Veintiún años.
-¿Cuánto tiempo lleváis en la orden?
-Año y medio.
-¿Tenéis miedo a la muerte?
-Sí. Lo tengo. Por más desagradable que resulte confesarlo, el pensamiento de la muerte se impone en mí con pavorosa evidencia.
-La muerte, hermano, es lamentable sin duda, pero es una condición humana que todos debemos aceptar porque es inevitable. El hombre es polvo y vuelve al polvo; todas las cosas tienen su tiempo, y todo lo que hay bajo el sol su momento. Hay tiempo de nacer y tiempo de morir, tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado... Podemos aplazar el momento, arañar unos días, pero la muerte llegará y llegará para todos. Para la muerte no existen privilegios, ni méritos, ni sabiduría, ni nobleza... La vida humana está sometida a la ley del tiempo y de la consumición, todos morimos y somos como agua que se derrama en la tierra, que no puede volver a recogerse.

Antonio Galera Gracia

Me lo agradecerás


Igual le vale a otros
pero a mi ya no me sirve para nada
el ruido de las motos,
los árboles flotando en la manada.

Algunos se emocionan,
algunos siempre piensan en lo mismo.
Ayer me viste rota
y tú como si no fuera contigo.

Cuando te vuelva el corazón a su sitio
me lo agradecerás.
¿Dónde estarás si estoy vivo?
¿Dónde olvide mi silla de montar?

Los hinchas se motivan
en los alrededores del estadio,
tú sigues insistiendo en
que no tiene nada que ver contigo.

Algunos se confían,
algunos se protegen demasiado.
Anoche te atracaron
en la gasolinera de Carriedo.

Cuando te vuelva el corazón a su sitio
me lo agradecerás.
¿Dónde estarás si estoy vivo?
¿Dónde olvidé mi silla de montar?

Cuando te vuelva el corazón a su sitio
me lo agradecerás.

Quique González