14 de mayo de 2015

Los sufrimientos del joven Werther

Crucé el patio hacia la bien construida casa, y cuando había bajado los escalones que había delante, y me acercaba a la puerta, me encontré a la vista del más encantador espectáculo que he visto jamás. En la antesala revoloteaban seis niños de once a seis años en torno a una joven de hermosa figura, estatura mediana, que llevaba un sencillo traje blanco con lazos rosa en las mangas y el pecho. Tenía un pan negro y les iba cortando su trozo a cada cual de los pequeños que la rodeaban, en proporción a su edad y apetito, dándoselo con alegría: todos gritaban sinceramente su ¡gracias!, después de haber tendido las manitas hacia lo alto mientras que se lo cortaba; y luego, contentos con su merienda, o se marchaban dando saltos, o, siguiendo un carácter más tranquilo, salían a la puerta a ver el coche y los forasteros con quienes se iba a marchar Charlotte.

Johann Wolfgang Goethe