6 de enero de 2013

Amor se llama el juego


Hace demasiados meses
que mis payasadas no provocan tus
ganas de reír.

No es que ya no me intereses
pero el tiempo de los besos y el sudor
es la hora de dormir.

Duele verte removiendo
la cajita de cenizas que el placer
tras de si dejo.

Mal y tarde estoy cumpliendo
la palabra que te di cuando juré
escribirte una canción.

Un dios triste y envidioso
nos castigó
por trepar juntos al árbol
y atracarnos con la flor de la pasión
por probar aquel sabor.

El agua apaga el fuego
y al ardor los años,
amor se llama el juego
en el que un par de ciegos
juegan a hacerse daño.

Y cada vez peor
y cada vez mas rotos
y cada vez mas tú
y cada vez mas yo
sin rastro de nosotros.

Ni inocentes ni culpables
corazones que desbroza el temporal,
carnes de cañón.

No soy yo, ni tú, ni nadie,
son los dedos miserables que le dan
cuerda a mi reloj.

Y no hay lagrimas
que valgan para volver
a meternos en el coche
donde aquella noche en pleno carnaval
te empece a desnudar.

El agua apaga el fuego
y al ardor los años,
amor se llama el juego
en el que un par de ciegos
juegan a hacerse daño.

Y cada vez peor
y cada vez mas rotos
y cada vez mas tú
y cada vez mas yo
sin rastro de nosotros.

Joaquín Sabina