7 de enero de 2013

Confesión

Esperando la muerte
como un gato
que va a saltar sobre
la cama.

Me da tanta pena
mi mujer.

Ella verá este
cuerpo
blanco,
rígido,
lo zarandeará una vez y luego
quizás
otra:

“¡Hank!”

Hank no
responderá.

No es mi muerte lo que
me preocupa, es mi mujer
que se quedará con este
montón de
nada.

Quiero que
sepa
sin embargo
que todas las noches
que he dormido a su lado,
incluso las discusiones
más inútiles,
siempre fueron
algo espléndido.

Y esas difíciles
palabras
que siempre temí
decir
pueden decirse
ahora:

Te amo.

Charles Bukowski