16 de enero de 2013

Urgencias


Sentí la fragilidad en una sala de urgencias,
cualquier día tropiezas y te partes en dos
comiendo aceitunas y bebiendo cerveza
o con esa calada que te dio mala tos.

¿Y dónde irán entonces tos tus sueños,
entonces quién se acordará de ti?
La vida seguirá aunque estés muerto,
¿y quién será sin ti también feliz?

Sentí la fragilidad si pasó una ambulancia
si en la vida partida va venciendo el dolor,
la vi por televisión, hospital de campaña,
bombardeo inminente, le falló el corazón.

Y seguiré sin entender su danza,
que viene y va, que lleva y trae, que arranca.
Y que te espera en un rincón,
que te amenaza.
Y que no atiende a la razón
si pasa pasa y te vas.

Si pasa...

Dime quien no teme, será quien no piensa,
dime si no sientes la fugacidad inmensa
de todas las cosas, de todos los seres,
dime si te asusta, será que te importa.

Puede que te haga pensar en ser algo mas bueno,
tal vez quieras mejorar o también puede que no,
pero se consciente, perfeccionamiento,
es de la vida el fin último y del cuento el argumento.

Si no ves caer todo lo que un día se alza,
dime si no entiendes que esta mudanza avanza,
precisión mecánica, no entiende su lógica,
trágica a menudo la transformación orgánica.

No sirven las súplicas,
cuida de tu alma.
No sirven las súplicas,
cuida de tu alma
No sirven las súplicas,
no, no sirven.

Sentí la fragilidad en una sala de urgencias,
cualquier día tropiezas y...

Muerdo