2 de abril de 2014

Murcia, 1956

"Querido padre:
...te quiero."

Ahora sólo queda la huella
de un sentimiento
pasado,
enmarcada en una postal
amarillenta,
firmada por la letra
de un hijo
ya difuminado
en el mar
de la memoria,
sin voz, ni rostro,
ni vida...
semilla de un padre
también disipado
en el olvido.